Teresa Valencia del Rincón.

Traduce, sueña y crea mundos mágicos: así escribe Teresa Valencia del Rincón, la autora que convierte cada idioma en una puerta a la fantasía

Dominas varios idiomas y colaboras con traducciones literarias. ¿Cómo se refleja tu experiencia multilingüe en tu estilo narrativo y en la estructura de tus novelas?

Dominar varios idiomas me ha dado una sensibilidad especial hacia los matices de cada palabra y la música de las frases. Al traducir, especialmente en el ámbito de la traducción literaria, se aprende a percibir no solo el significado, sino también el ritmo, el tono y la emoción de un texto. Esa experiencia enriquece mi propio estilo narrativo: me permite ser más consciente de cómo fluye la historia y de cómo cada palabra puede potenciar o frenar una emoción. Además, al haber leído y trabajado con estructuras narrativas de distintas tradiciones culturales, tiendo a construir mis novelas con una mirada más abierta, incorporando ritmos, perspectivas y técnicas que quizá no surgirían de manera natural en una sola lengua.

En Iris los elementos fantásticos están entrelazados con dilemas emocionales profundos. ¿Cómo equilibras lo onírico con lo humano a nivel técnico en tu escritura?

Para mí, lo fantástico no tiene sentido si no conecta con algo profundamente humano. Al escribir Iris, busqué que los elementos oníricos fueran una prolongación simbólica de los dilemas emocionales de los personajes. A nivel técnico, cuido mucho que la magia nunca se sienta arbitraria: cada escena fantástica nace de un conflicto interno o de una emoción intensa. Así, el lector puede reconocer algo de sí mismo incluso en los pasajes más irreales, y la historia mantiene su coherencia emocional en medio de lo extraordinario.

¿Tienes algún ritual o manía imprescindible cuando te sientas a escribir? ¿Hay una rutina que te ayude a entrar en ese universo creativo?

La inspiración es la fuerza que me impulsa a escribir. Cuando necesito avanzar en una historia, pero no siento ese deseo apremiante, suelo releer lo que ya he escrito para sumergirme de nuevo en el mundo que creé y retomarlo desde el punto en el que lo dejé. A menudo, en cuanto reconecto con la trama, esta cobra vida propia y puedo seguir escribiendo con naturalidad.

A veces, para reactivar la inspiración, recurro a escuchar una música o una canción concreta, como hice, por ejemplo, durante la escritura de El Príncipe de Qatar. También me ayuda pensar en las últimas escenas de la historia antes de dormir, dejando que las imágenes fluyan libremente en mi mente.

Estas son algunas de las técnicas o rutinas que sigo para activar mi creatividad.

Has explorado lo sobrenatural, la aventura y el romance. ¿Cómo decides qué género o tono adoptar para cada historia? ¿Sigues una planificación previa o prefieres descubrir la historia sobre la marcha?

Para mí, cada historia elige su propio tono y género. No suelo encajarme en una única categoría, porque lo que realmente me guía es la esencia de la historia y lo que quiere contarme. A veces lo mágico o sobrenatural aparece como una necesidad para reflejar una emoción o una transformación profunda; otras veces, la aventura o el romance surgen de forma espontánea, como consecuencia natural del viaje de los personajes.

No sigo una planificación rígida. Me gusta descubrir la historia a medida que escribo. Normalmente conozco el punto de partida y, a veces, el final, pero todo lo que ocurre en medio es un camino lleno de sorpresas. Esa es la parte más emocionante del proceso: escribir para descubrir.

¿Qué importancia le das a la documentación previa a la escritura? ¿Fue necesaria para construir el universo de Iris o te dejaste guiar por la intuición y la imaginación?

En todo libro hay un trabajo necesario por parte del autor o autora, tanto en la construcción de personajes como en la ambientación. La documentación es fundamental, sobre todo cuando se describen lugares reales, como ocurre en Iris. Describir con precisión un sitio que el lector puede conocer o verificar aporta una sensación de realismo muy poderosa.

Incluso cuando se trata de mundos imaginarios, si se incluyen seres mitológicos o inspirados en leyendas, es importante documentarse bien para representarlos con coherencia y respeto hacia su origen.

En el caso de Iris, el universo surgió completamente de mi imaginación. Sin embargo, decidí incorporar criaturas fantásticas conocidas —procedentes de la mitología o del folclore— para añadirle un matiz especial y enriquecer su atmósfera mágica.

En tu trayectoria como lectora, ¿qué autores han dejado una huella duradera en tu estilo? ¿Hay alguno cuya prosa te haya deslumbrado hasta influirte directamente?

Leo desde que tengo uso de razón. Empecé con lecturas apropiadas para mi edad, como los cuentos de Walt Disney y otros similares. Luego vinieron los libros de aventuras para jóvenes lectores y aquellos con contenido educativo sobre animales, que me fascinaban.

A lo largo de mi vida como lectora he explorado prácticamente todos los géneros. En la adolescencia me incliné más hacia las historias de romance, pero también me sumergí en el misterio, el suspense, la ciencia ficción, los libros iniciáticos y los que abordan lo sobrenatural. Por cierto, también disfruté mucho de la poesía, que siempre me ha parecido una forma exquisita de condensar emociones.

Por todo ello, me resulta muy difícil señalar con certeza qué autores han influido directamente en mi estilo. Sin duda, debe haberlos, porque cada lectura deja una huella, aunque sea imperceptible. Pero creo que no ha habido una sola voz, sino muchas, que se han entrelazado a lo largo del tiempo para formar la mía.

¿Cómo vives el momento en el que una idea se convierte en una historia? ¿Hay una chispa emocional que siempre debe encenderse para que decidas desarrollarla?

Acostumbro a comenzar aquellas historias que llegan con mayor intensidad. Cuando una idea no deja de rondarme la cabeza una y otra vez, y siento la necesidad imperiosa de sentarme a escribirla, sé que la inspiración ha llegado y que esa historia podría tener continuidad. Sin embargo, no puedo escribir si no me provoca alguna emoción o intriga. De lo contrario, es probable que quede solo en un boceto más.

¿Qué papel crees que juega la literatura de fantasía hoy en día en una sociedad tan marcada por lo inmediato y lo real? ¿La ves como una evasión, una crítica o una forma de revelar verdades? La literatura de fantasía, en apariencia, actúa como un medio para desconectar de la vida cotidiana y vivir otras realidades. Sin embargo, bajo ese disfraz de evasión, esconde un enorme potencial para revelar verdades, fomentar el crecimiento personal y transmitir valores humanos. Bien llevada, puede ayudarnos a ser mejores personas, a creer en el amor, la amistad, la lealtad y el coraje, y a luchar contra las injusticias. No debemos subestimar la literatura fantástica: lo fantástico puede ser el mejor vehículo para enseñarnos grandes lecciones de vida.


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