Conocemos a Patrizia Gaell, apasionada escritora con gran talento

P. Patrizia, desde tus primeras historias narradas a tus amigos hasta la publicación de Ihalma, ¿cómo ha evolucionado tu proceso creativo y qué técnicas literarias consideras esenciales en tu trabajo?

R. Una de las técnicas esenciales para mí son los diálogos de estilo directo y soliloquios. Tengo tendencia a meterme dentro de la cabeza de los personajes y descubrir sus pensamientos y sentimientos más profundos al mismo tiempo que lo hacen ellos mismos. Siempre he utilizado un narrador omnisciente y en mi última publicación he jugueteado con los Flashback. En los próximos trabajos abusaré mucho más de esta técnica, e incluiré el In medias res porque así lo requiere la historia que se va a narrar en sus líneas.

P. ¿Puedes compartir con nosotros alguna de tus manías o rituales a la hora de escribir? ¿Tienes algún lugar o momento del día en el que te sientas más inspirada?

R. Necesito la soledad y el silencio, son algo fundamental para mí concentración, no puedo trabajar si hay algún tipo de distracción a mi alrededor. Lamentablemente no he desarrollado esa grandiosa capacidad. Mi lugar de trabajo es mi estudio, y prefiero el frío del invierno a la calidez de otras estaciones del año para hacerlo. Soy muy maniática con los datos. Abro carpetas, fichas por doquier, hago esquemas, tarjetas, abuso enormemente de los post-it  y un sinfín de cosas más que utilizo para poder tener todo lo que necesito a mano. 

P. La profundidad psicológica de los personajes en Ihalma ha sido muy elogiada. ¿Qué referentes literarios o personales influyeron en la creación de estos personajes?

R. Soy una auténtica apasionada del romanticismo. Creo que esa época ha sido la más profunda, la más sentida y la más mágica a nivel artístico de todas hasta la fecha. Cualquier pintura, narración, poesía, sátira, rima, cuento, leyenda… encierra una belleza tan cautivadora dentro de ella, que en ocasiones resulta sumamente difícil abandonarla tras sumergirte en sus colores, líneas o palabras. Es un período artístico que ha influenciado enormemente en mí como persona y como autora. ¿Referentes? Todos los grandes supongo: Poe, Bécquer, Friedrich, Dickens, Keats, Irving, Shelley, mis queridos hermanos Grimm, Goethe… y tantos otros que podría mencionar que la lista sería interminable.  

P. Como lectora, ¿qué libros y autores han dejado una huella profunda en ti y han moldeado tu manera de escribir?

R. Pues muchos de ellos los acabo de citar. El romanticismo es una época que ha dejado un enorme legado artístico y cultural. Todos los títulos pertenecientes a este período son auténticas obras de arte. Obras como: Una historia de Nueva York, de Washington Irving; Orgullo y Prejuicio, de Jane Austen; La caída de la Casa Usher o Los crímenes de la calle Morgue, de Edgar Allan Poe; Un romance siciliano, de Ann Radcliffe, o Manfredo de Lord Byron, son prueba irrefutable de la genialidad de todos sus autores. A veces resulta difícil comprender que un simple humano sea capaz de crear de la nada, algo tan sumamente bello.

P. Nos has mencionado que estás trabajando en un estudio sobre la historia del arte y en investigaciones para futuros proyectos. ¿Cómo influye este rigor investigativo en tu escritura literaria?

R. La investigación es un factor imprescindible y primordial para mí antes de escribir el primer boceto de una historia o artículo. No puedo dar pinceladas sin pintura, ni pintar sin bosquejo de un boceto. Debo tener todos los cabos atados antes de comenzar con un proyecto, sea de la envergadura que sea. Primero debo adquirir los conocimientos suficientes sobre el tema en cuestión, antes de aventurarme a escribir cualquier esbozo sencillo y simple sobre ello. Es un modo de trabajar que suele requerir enormes cantidades de tiempo y trabajo, pero no concibo hacerlo de otro modo, lo cual lleva consigo la consecuencia de un final sine die para cada uno de los proyectos que decido emprender y un problema para mí y para aquel que los espera.  Pero prometo trabajar en ello y ajustarme un poco más a los plazos que se me marcan. Palabra de honor.

P. Además de la narrativa, estás inmersa en un proyecto de «Rimas». ¿Cómo conviven y se complementan la poesía y la prosa en tu proceso creativo?

R. En mi próximo trabajo se hará mención a un pequeño libro de rimas escrito por Allan E. Gottfried, titulado La Orquídea Azul. Ese es el seudónimo bajo el cual se publicarán dichas rimas que formarán parte importante de la vida de los protagonistas de la historia que se va a narrar la novela. Novela que adoptará el título de este singular librillo. 

P. La ambientación de Ihalma es cautivadora. ¿Cuánto de tus experiencias personales y tus viajes se reflejan en los escenarios de tus obras?

R. Creo que cada uno de los trabajos que se concluyen llevan consigo una pequeña parte de aquel que los ha concebido, ya sea de forma voluntaria o involuntaria, siempre roban un pedacito del alma de su autor. Es inevitable volcar en tus trabajos parte de tus experiencias, de tus gustos, pasiones, miedos,… parte de ti. Aunque crees personajes que puedan parecer estar en las antípodas a tu persona, siempre habrá una unión inquebrantable entre ellos y tú. Y lo mismo ocurre cuando tratas a ciertos escenarios como un personaje más. Creas una relación íntima entre esos lugares que describes donde va a transcurrir la acción, el narrador que las cuenta y tú que las escribes. Al final de la obra has ido dejando a lo largo de cada una de las páginas que la componen, pequeños pedazos de ti que son tan importantes como la historia en sí misma, pues sin esos pedazos de tu alma sería una historia contada sin humanidad. 

P. Para concluir, ¿qué sentimientos y reflexiones esperas despertar en tus lectores al adentrarse en tus historias? ¿Qué deseas que se lleven de la experiencia de leer tus obras?

R. Es algo que nunca he valorado ni tenido en cuenta, y lo digo con total honestidad. Nunca he escrito pensando en lo que puedan opinar o sentir aquellas personas que dedican parte de su tiempo libre a leer mis trabajos. Sí suelo tener en cuenta los sentimientos de los personajes que creo o las personas sobre las cuales escribo. Siempre trato de ser lo más fiel y respetuosa posible a la hora de escribir sobre ellos. Me gustaría, como a cualquier autor, que algo bueno despertase mi trabajo en aquellos que lo exploran, pero no está en mi poder el hacer que eso ocurra. Eso simplemente lo puede experimentar aquel que decida hacerlo.  

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