- En los cuentos tradicionales, los personajes suelen estar atrapados en sus roles sin posibilidad de cambio. En tu libro, rompes con esa idea. ¿Cómo fue el proceso de darles nuevas oportunidades a estos personajes?
Fue como “liberarme” a mi misma. Cada personaje que lograba “cambiar su historia” me llenaba de alegría y me hacia creer sinceramente que esos cambios son posibles en la vida real. Toda historia puede tener diferentes versiones y cada versión tendrá cosas positivas y negativas. Lo importante es efectivamente no quedarse atrapada en una de ellas. Sobre todo si es impuesta.
- Tu libro invita a reflexionar sobre los finales felices y su significado. ¿Crees que hemos idealizado demasiado el «vivieron felices para siempre»?
Totalmente y sin darnos cuenta lo buscamos a diario. Es como algo inevitable. Además el problema no es que tengamos que ser felices si no que además hay que serlo de una determinada manera. Se nos vende, se nos impone y sin darnos cuenta buscamos justo lo que nos venden que busquemos. Sin pararnos a pensar que es lo que realmente queremos.
- La literatura infantil suele transmitir valores y enseñanzas. ¿Qué valores crees que es importante rescatar hoy en día en los cuentos para niños y jóvenes?
Todos aquellos que les ayuden a pensar por si mismos y no solo en ellos. Los que ayuden y potencien la autenticidad, el respeto al otro, la bondad, todas las cualidades humanas que creo estamos dejando en un segundo o tercer lugar, llegando a minimizarlas hasta hacerlas casi desaparecer.
- Tu estilo mezcla la fantasía con una mirada crítica sobre la realidad. ¿Cómo logras equilibrar esos dos elementos sin que uno opaque al otro?
Guau! Yo no sabia que lograba eso, pero si es asi reconozco que no se como…Pienso que es bueno cuestionarse las cosas, no con afán de “molestar” pero si con afán de buscar la mejor versión. Y esa mejor versión no sale de decir “amen “a todo. Tal vez la fantasía me sirve para quitarle esa etiqueta de “maldad” que tiene el cuestionarse las cosas.

- En tu experiencia, ¿cuál ha sido la reacción de los lectores, tanto niños como adultos, al leer Ahora cuéntame un cuento que sea real? ¿Ha habido algún comentario que te haya sorprendido especialmente?
Sigo haciendo presentaciones y me maravilla la aceptación que tienen los cuentos. Me confirma que las personas estamos ansiosas de cambios, de nuevos finales, nuevas posibilidades. Siento que lo reciben como si se abriera una ventana con aire fresco. También percibo que aceptan la posibilidad que ese aire fresco sale de ellos mismos… Los niños aceptan las novedades y los mayores no dudan en levantar la mano al preguntar ¿“quien esta cansado de querer ser un cisne”?. Es indudable los hemos crecido con esos cuentos y los tenemos pegados a fuego…
- Si pudieras viajar a un cuento clásico y cambiar un solo detalle de la historia, ¿cuál sería y por qué?
Me apena Gepeto por querer ser papa (supongo que por historia personal). Me apena el lobo de los 7 cabritillos que le llenaron la tripa de piedras y se fue al rio. Me apenan todas aquellas figuras que por “rol” se les asigna algo doloroso para liberar a otros. La liberación no es tal si condena a alguien. Y en muchas historias es precisamente eso lo que sucede.
- ¿Crees que hoy en día seguimos necesitando cuentos, o la literatura infantil debe evolucionar hacia otros formatos y narrativas?
Noo me encantan los cuentos, creo que sirven para hablar de la vida de la realidad. Son una manera de acercarse al otro ya sea peque o mayor. La cuestión es no convertirlos en “verdades omnipotentes”.
- Para terminar, ¿qué mensaje final te gustaría que el lector se llevase después de leer tu libro?
Tal vez sea muy pretencioso por mi parte. Pero me gustaría quela lectura de Ahora cuéntame un cuento que sea real fuera un espacio para la sorpresa, para un soplo de frescura de novedad. Y ya después de leerlo me encantaría que sirviera para “cuestionar” cuentos propios y atrevernos a cambiar lo que no nos agrada. Como digo en el libro no poner el colorin colorado si el final..no es el deseado.